Anuário da Indústria de Implementos Rodoviários 2022

38 ECONOMIA | ECONOMY | ECONOMÍA fuerza y decepcionó frente a la fuerte elevación de la inflación (IPCA del 10 % en 2021) y consecuentemente de los intereses (la tasa Selic saltó de 2 % al año al final del 2020 para 10.75 %en febrero), golpeando con fuerza la economía. Con eso ya no se hace posible crecer en 2022”, afirma Pedro Renault, vicepresidente de investigación económica del banco Itaú BBA, que proyecta caída de 0.5 %del PIB este año. En las estimativas de Itaú BBA, la franja del PIB que más pierde fuerza este año es la industria, siempre más susceptible a la retracción de la economía, la cual debe cerrar 2022 con caída del 2.4 %. El sector de servicios queda casi estable, con un ligero retroceso del 0.2 %, “como ya había caído mucho los dos años anteriores, la tendencia es que mejore si la pandemia se estabiliza, pero también sufre con la retracción de los ingresos y el consumo”, explica Pedro Renault. La agroindustria es el único sector que sigue creciendo en Brasil porque depende más de las exportaciones que del mercado interno. Itaú BBA espera un avance del 1.3 % en el PIB de la agropecuaria, compensando parte de la caída de los demás sectores económicos. Sin embargo, ese porcentual podría ser mejor, como de 5 %, si no fuera el problema de la sequía que golpeó la región sur y parte de las regiones sureste y centro oeste y trajo pérdidas importantes en la cosecha de granos y otros productos agrícolas. “Intereses, empleo y crédito van en la dirección contraria del crecimiento. Sobra entonces la agroindustria, ya que el mercado externo sigue comprando, especialmente China, aunque a una velocidad menor. Aun así, alza en los precios de las materias primas agrícolas internacionales, problemas de sequía y abastecimiento son factores que presionan la inflación por acá”, pondera Tereza Fernandez. Inflación descontrolada - El descontrol de la inflación en 2021 fue constatado aun en 2020 por el alza de los precios de mayoristas, con aumentos generalizados de insumos industriales cerca del 50 %, los cuales este año ya dejaron de subir con tanta intensidad, pero sí llegaron con fuerza donde el consumidor. El IPCA de 12 meses salió del 4 % a fines de 2020 y subió para casi 10.4 %en enero de 2022. Como las fuerzas que empujan el índice inflacionario tardan en disiparse, el mercado ya espera un IPCA sobre el 5.4 % a fines del 2022. El principal factor inflacionario del 2021 sigue activo este año: el alza de los combustibles (diesel, gasolina, etanol y GLP), responsable por casi mitad del IPCA anual, que sigue alimentada por la elevación sustancial de los precios del petróleo. La devaluación cambial deja el dólar constantemente sobre los R$ 5.00, tocando los R$ 6.00. Ambos factores de riesgo siguen presionando los precios: hay estimativas de que el barril de petróleo pueda pasar los USD 100 este año – estimulado por el aumento mundial del consumo, y también por las animosidades geopolíticas entre Rusia (uno de los mayores productores mundiales) y Ucrania e, incluso, otros países occidentales de la OTAN – al mismo tiempo que la inestabilidad política brasileña puede alzar el cambio de los esperados R$ 5.50 para más de R$ 6.00 por dólar, echando a perder el control de la inflación. Intereses hacia arriba, PIB hacia abajo - La mayoría de los analistas, incluyendo Itaú BBA y MB Associados, estima que para contener la inflación alrededor del 5 % este año, el Banco Central deberá todavía elevar los intereses de la tasa Selic para cerca del 12 % hasta mayo, y luego parar. Con todo, si la volatilidad rompe los límites esperados, el Banco Central puede pesar más su mano, dejando la tasa Selic sobre el 13 %, lo cual tiene potencial para empujar el PIB casi el 1 % hacia abajo. “Los desequilibrios de las cadenas productivas causados por la pandemia desde 2020 aumentaron la presión inflacionaria en todo el mundo. Con eso, los estímulos al crecimiento ya no son los mismos. La economía mundial deberá crecer en 2022, pero con grandes diferencias entre países desarrollados y emergentes, los cuales tienen menos poder económico”, evalúa Pedro Renault. Él ejemplifica: “en los Estados Unidos, para contener la inflación de 7 % en el 2021, el Fed debe de alzar los intereses del 1 % al 2 % hasta fines de año. No se hacen movimientos tan bruscos como lo es acá”, indica. Los intereses por las alturas y la más alta tasa real del mundo están deprimiendo la economía, retirando ingresos del consumo y ampliando el desempleo, que a fines del 2021 golpeaba a 12,4 millones de personas – o el 11.6 %de la población activa. Al mismo tiempo, la renta mensual promedio de los ocupados – cada vez más empujados hacia el mercado informal, sin registro y con sueldos más bajos - bajó de R$ 2.757 a fines del 2020 para R$ 2.444 un año después, el menor valor de la serie histórica iniciada por el IBGE en 2012. Pedro Renault recuerda también que ya no existen los mismos estímulos para el crecimiento que había en 2020 y 2021. Como ejemplo, él menciona el “Auxílio Brasil”, direccionado a la población de bajos ingresos (hasta R$ 400 mensuales), que durante el 2022 deberá inyectar entre 50 a 60 billones de reales extras con relación a lo que haría el “Bolsa Família”, mientras que el antiguo “auxílio emergencial” de R$ 600 distribuido durante buena parte del primer año de la pandemia inyectó más de 50 billones por mes en la economía.

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