75 Para mantenerse competitivas en un mercado afectado por factores muchas veces imprevisibles, las empresas deben adoptar prácticas de gestión de costos para que, más adelante, puedan ofrecer productos y servicios por menores precios. Entre tantos aspectos, uno de los más relevantes es el costo tributario generado tanto por el valor que será recolectado para los cofres públicos, como por la mantenencia de personal especializado en el correcto cálculo de los tributos y en la prestación de cuentas para las autoridades tributarias. De esa manera, las prácticas de gestión de tributos orientadas hacia la planificación tributaria son una eficiente forma de minimizar costos, y garantizar un mayor retorno en las finanzas. Se hace entonces imperativo reducir los costos tributarios de ICMS, PIS, COFINS, ISSQN. La tarea, de todas maneras, no es de las más fáciles. La legislación aplicable a varias especies de tributos es compleja, como, por ejemplo, las recientes reglas creadas para las ventas inter-estatales a personas físicas, las cuales acarrean un aumento en el valor de los productos bien como dificultades comerciales en la negociación. Otra desafiadora misión es adecuar el cálculo del precio de venta llevando en consideración los regímenes de tributación que permiten crédito de impuestos. Muchas veces, la legislación deja espacio a dudas de interpretación que generan inseguridad jurídica al negocio. Por otro lado, la Constitución Federal garantiza el derecho al contribuyente de que pague el menor impuesto posible desde que atienda a las reglas tributarias. Siendo así, otro punto de atención que roza en la compleja legislación es la busca por beneficios fiscales de exenciones y de reducciones de alícuotas permitidos por las autoridades tributarias como consecuencia de la actividad ejercida por la empresa, o por el tipo de producto comercializado. Sin embargo, es una acción que puede generar grande ventaja competitiva. Aparte de las preocupaciones con el pago del impuesto que maximice el resultado del inversionista, es importante dedicar esfuerzos a las prácticas administrativas que eviten riesgo de multas por incumplimiento de la legislación, y que permitan la restitución de valores pagos de manera indebida. Aunque relativamente reciente, la adopción de herramientas de tecnología de la información para el ejercicio de la fiscalización tiene fuerte impacto en razón de la rapidez con la que el incumplimiento de la legislación es evidenciado. Un ejemplo es la factura electrónica que señala el destino de la mercancía, antes incluso de que salga del establecimiento remitente. En el mismo sentido están orientados los informes económico-financieros exigidos por las autoridades tributarias para comprobar si los tributos son recolectados de forma correcta. También son utilizados para evaluar la coherencia de movimiento de mercancías y servicios de la empresa. Para providenciar todo este aparato documental se hace necesaria una estructura administrativa que demanda equipos, sistemas de información, mano de obra especializada y capacitaciones constantes – lo que genera costos, aunque esa estructura se pueda utilizar para encaminar mejores prácticas de gestión de tributos. Por lo tanto, frente al actual escenario tributario brasileño, es importante adoptar prácticas de gestión de tributos – como la busca de beneficios fiscales y la recuperación de créditos de impuestos a través del uso de la estructura administrativa de la empresa. Eso fomenta acciones de alineamiento de los objetivos organizacionales con la mejor forma de tributación dentro de la legalidad. Es el concepto de Planificación Tributaria, que tiene por objetivo garantizar el derecho de la empresa de recolectar el menor impuesto posible de forma legal. Administrar bien tributos es dinero en caja Por Giovana Gubert Carer consultora en Scripturis Consultoria © Ekaterina Pokrovsky | © Dave Bredeson | Dreamstime.com®
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