Anuário da Indústria de Implementos Rodoviários 2020

29 estimar números absolutos todavía, pero considera una nueva variación positiva de dos dígitos. “Toda caída de mercado es muy rápida, mientras que su recuperación es siempre un movimiento más lento. Pero la curva positiva actual se viene diseñando de mane- ra consolidada, lo que indica que podremos tener un muy buen año para la industria de implementos viales.” Si bien los años más recientes fueron de recupera- ción, también sirvieron para perfeccionar y depurar las actividades, bien como profesionalizar a las propias em- presas y ejecutivos del sector. “La crisis fue la consultoría más cara que la industria podría haber tenido”, puntuó Alcides Braga, cuyo segun- do mandato como presidente de ANFIR, de 2015 a 2018, coincidió exactamente con el periodo más agudo de la crisis económica brasileña y del mercado de implemen- tos. En 2016 se negociaron 60.500 implementos, apenas 38% de lo que el sector registró dos años antes. Aun así, prevalecieron en este periodo esfuerzos para preparar el segmento para la eventual retomada de la de- manda, paralelamente con mantener el trabajo de amplia- ción de la representatividad del sector, proceso continuo desde el surgimiento de la asociación. Por ningún otro motivo, a lo largo de 40 años, adquirió notoriedad, a punto de ser integrada en discusiones con otras sociedades y autoridades públicas acerca de pro- yectos, elaboración de normas técnicas y leyes, además de todo y cualquier otro aspecto relevante sobre tránsito y seguridad de los implementos viales. Esa directiva ya constaba de la reunión de fundación de la entidad, de la cual participaron representantes de Biselli, Cabrini, Cargo-Van, Dambroz, FNV-Fruehauf, Fur- glas, Guerra, Iderol, Krone, Randon, Recrusul, Rodoviária y Trivelatto. El mismo objetivo de participar de decisiones impor- tantes para el segmento y todo el sector de transportes orientó el cambio de la sede de ANFIR para São Paulo, un año después de su fundación. A la larga, la Gran São Paulo no solo concentraba otras entidades correlacionadas, como – siendo el polo económico más grande del país – también era el epicentro del transporte vial. Esa mayor proximidad con el mercado consumidor, entidades y gobierno fue fundamental para que la indus- tria de implementos pasara, finalmente, a ser reconocida como importante punto de conexión del transporte vial de carga. Mário Rinaldi, director ejecutivo de ANFIR, recuerda que, hasta entonces, a pesar de todo el empeño, el sector era poco conocido más allá de las empresas componentes de la industria automotriz. “La percepción, incluso en algunas áreas del poder público, era la de que las ensambladoras de camiones también fabricaban carrocerías. El vehículo era visto como un todo”, recuerda Rinaldi, quien percibía en esa distor- sión un obstáculo para el segmento, así como dificultades mayores hasta para obtener financiación o incentivos gu- bernamentales comunes a otros sectores. La mayor representatividad implicó también en la di- versidad de propósitos y atribuciones con el transcurso de los años. Constó, y aún consta, de los primeros puntos de la pauta de actuación de ANFIR, por ejemplo, la mejora continua de la seguridad en los implementos ya fuera para conductores y ocupantes de los camiones o para otros conductores y peatones. Esa determinación puso a la entidad delante de más y mayores reflectores. Tanto que ANFIR pasó a interac- tuar, asesorar, componer o tener lugar en órganos que, en otros tiempos, eran referencias distantes, como ABNT (Asociación Brasileña de Normas Técnicas), con el CB-39 – Comité Brasileño de Implementos Viales – que estudia las normas, la Cámara Temática de Asuntos Vehiculares del Consejo Nacional de Tránsito (Contran). Llama la atención que esa actuación en defensa de la seguridad podría, algunas veces, implicar, incluso más adelante, en costos mayores para sus propias asociadas. En virtud de las normas, algunas sugeridas por la en- tidad, los implementos pasaron a disponer, por ejemplo, de sistema ABS de frenos, protecciones laterales y trase- ras que impiden que los automóviles, motos, bicicletas y personas sean lanzados para debajo de los vehículos en caso de choque. La mayor proximidad con órganos gubernamentales pasó también a ser física a partir de 2012, cuando la en- tidad abrió las puertas de su oficina en Brasília (DF). Una muestra de lo que eso quiere decir en la práctica: en 2015 se inició un trato de colaboración con Apex-Brasil (Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones). Así, nacía junto con él el programa Move-Brazil para la internacionalización de la industria de implementos via- les, no solo para ampliar y diversificar el mercado externo, pero, sobre todo, para consolidar una cultura exportadora junto a los fabricantes de implementos. Desde aquél entonces, decenas de ellos ya mantienen negocios, conquistaron clientes o empezaron tratativas en el extranjero, lo que, en alguna medida, representó o represen- tará una importante válvula de escape para las limitaciones del mercado interno en determinado momento. Pero, el retorno de la actividad exportadora más con- sistente, enfatiza Fabris, no es inmediato. Exportaciones dependen de actuación perenne, de largo plazo. Son re- sultados de un proceso más fácil de ser desarrollado y concretado con la madurez. Ésa misma que acaba de lle- gar a la industria de implementos – y su representante – la cuarentona ANFIR.

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